Autoestima infantil: 10 pautas básicas para fomentar una autoestima sana en nuestr@s hij@s

Aprovechando la recién vuelta al cole de los más pequeños, quiero dedicar este artículo de mi blog El ESPACIO CELESTE a hablar sobre la autoestima infantil: a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de autoestima, cómo se desarrolla, la importancia e impacto que tiene, así como pautas dirigidas a los papás y mamás para fomentar una autoestima sana en los niños desde casa.

  • ¿A qué nos referimos exactamente cuándo hablamos de autoestima?

La autoestima es la valoración o agrado que se tiene de uno mismo, es decir, el conjunto de percepciones, pensamientos, sentimientos y comportamientos dirigidos hacia nosotros mismos, hacia los rasgos de nuestro cuerpo y hacia nuestra manera de ser y de comportarnos. Tiene mucho que ver en cómo nos evaluamos. Además, está basada en el autoconcepto, lo que pensamos de nosotros mismos, como nos vemos en lo referido a nuestro modo de ser (simpáticos, alegres, callados, felices), en la imagen personal (altos, bajos, guapos, delgados etc.) y en cómo creemos que nos ven los demás.

 

La autoestima influye en cómo nos sentimos, cómo pensamos, creamos y aprendemos, cómo nos relacionamos con los demás y cómo nos comportamos, en definitiva, cómo nos vemos en el mundo.

 

  • ¿Cómo se desarrolla la autoestima?

El desarrollo de la autoestima tiene mucha relación con el apego, ese  primer vínculo emocional y afectivo programado biológicamente, que se inicia desde el nacimiento entre el bebé y sus figuras cuidadoras primarias y del que ya hablé en uno de los artículos publicados anteriormente (Apego: El «pegamento» de la vida – VitaMorfosisPsicología (vitamorfosispsicologia.es). De hecho, la autoestima empieza a formarse a través de la relación con las figuras de apego. Más tarde el contexto ira ampliándose a otros miembros de la familia, el colegio y luego el grupo de iguales, por lo que la autoestima se desarrolla de una forma gradual.

Hasta los 3-4 años la autoestima y el autoconcepto se va construyendo en el niño por la imagen que de sí mismo van proyectando los padres. Cuando el niñ@ va al colegio, los profesores también influyen en su desarrollo, y ya en a la adolescencia los grupos de iguales ejercen una notable influencia. Por ello, es sumamente importante detectar el estilo de crianza y las señales de un niño con buena o mala autoestima.

Alguna de las señales de que los niños tienen buena autoestima son las siguientes:

  • Tienen ganas de intentar algo nuevo, de aprender, de probar nuevas actividades.
  • Son creativos, cooperativos y siguen reglas.
  • Tienen autocrítica y aprenden de sus errores.
  • Confían en sí mismos y se sienten queridos, importantes y competentes, pidiendo ayuda cuando la
  • Tienen confianza en su capacidad para resolver sus propios problemas, sin frustrarse por los fracasos y dificultades. Poseen mayor tolerancia a la frustración y expresan adecuadamente sus emociones.
  • Normalmente se relacionan de forma correcta con sus iguales. Saben defender sus derechos, pero respetan los de los demás.

Por el contrario, los niños con una baja autoestima presentan estas señales:

  • Tienen una actitud crítica consigo mismo.
  • Les suele costar decidirse por miedo exagerado a equivocarse, ya que confían poco en sí mismos y tienen dificultad para exponerse.
  • Suelen complacer a los demás por no saber decir “NO”. Existe una necesidad de aprobación y temen desagradar no sólo a sus compañeros, sino incluso a sus padres.
  • Algunos niños tienen una actitud perfeccionista, rara vez están contentos con sus trabajos escolares y a veces les cuesta mucho enseñárselos al resto.
  • Suelen tener dificultad para hacer amigos y relacionarse con sus iguales.
  • Suelen tener problema de comportamiento, tanto en casa como en el ámbito escolar, ya que los niños suelen disfrazar su frustración y tristeza con sentimientos de rabia. El temor a la falta de aprobación lo compensan transformando su inseguridad en esta conducta.
  • Ligado a lo anterior, suelen mentir y echar la culpa a otros.
  • Algunos suelen mostrar una elevada timidez.

Una vez identificadas algunas de las señales que nos indican que los niños pueden tener una baja autoestima, vamos a ver algunas unas pautas muy básicas para trabajar desde casa la autoestima de nuestros hijos:

  • Tener en cuenta sus necesidades y dedicarles tiempo: Debemos prestar atención a las necesidades de nuestros hijos, tanto físicas, como emocionales y sociales, hablando y jugando con ellos, escuchándoles con atención y haciendo planes con amigos que tengan hijos de sus edades, sin olvidar nuestras necesidades como adultos y teniendo en cuenta que no siempre y en todo momento va a ser posible satisfacer todas sus necesidades.
  • Establecer unos límites claros y mantenerlos: Establecer unos límites claros es vital para dar seguridad a los niños y que al llegar a la edad adulta hayan podido interiorizar que en la vida hay normas que deben respetar. Los límites hay que establecerlos desde el cariño, pero con firmeza, seguridad y constancia. De nada sirve que pongamos un límite o una norma y no la llevemos a cabo o se cumpla a la mitad, pues el niño aprenderá que, si insiste mucho, al final puede hacer lo que quiera.
  • Corregir sus errores desde el cariño: Para aprender es necesario corregir sus errores pero sin alterarnos ni enfadarnos, mostrando paciencia con ellos. Los niños son una esponja que absorberán lo bueno y lo malo. Hacerles entender que aprendemos juntos y que el intercambio es mutuo, favorecerá el vínculo y la armonía familiar.
  • Fomentar su autonomía, dándoles responsabilidades acordes a su edad: Dejarles tomar pequeñas decisiones con respecto a sus hábitos diarios de forma paulatina, favorecerá una buena autoestima, fomentando también la responsabilidad del niñ@. Por ejemplo elegir entre dos prendas de ropa, elegir entre varias piezas de fruta para el postre, pedir que se encarguen de poner la mesa o quitar sus platos, etc. 
  • No compararles: Otra pauta vital para fomentar una sana autoestima infantil es no compararles ni con otros niñ@s (herman@s, amig@s, compañer@s) ni con adultos. Cada niño es único y especial y no tienen por qué esforzarse en parecerse a nadie.
  • ¡Fuera las etiquetas! (“torpe”, “malo”, “tonto”): Otra pauta es evitar poner etiquetas a los niños, pues lejos de fomentar una buena autoestima, contribuye a empeorarla. Cuando a un niño o a un adulto se le etiqueta, fomentamos la profecía auto cumplida, condicionando su comportamiento e influyendo en que acabe comportándose acorde a la etiqueta. De esta manera, cuando el niño haga algo mal, deberemos centrarnos en la acción o conducta y no en lo que él es. Por ejemplo, “romper las cosas no está bien” en lugar de “eres un destrozón”. Este mismo modelo debemos seguirlo con las cosas positivas: “qué bien te has portado en el restaurante”, en vez de “qué bueno eres”.
  • Valorar el esfuerzo y no los resultados: Evitar centrarnos en la nota (resultado) y reforzar su esfuerzo, trabajo y progreso, ya que cada niño tiene capacidades diferentes, y lo esencial es que interiorice que lo importante es la constancia y que con ella puede conseguir muchas cosas, además de sentirse valioso por lo que es y no por lo que hace. 
  • No exagerar halagos y ser concreto: Otro punto importante es expresar con claridad lo que hace bien y lo que nos gusta de su conducta, es decir, ser realista con el niño, sin exagerar las cosas positivas. De lo contrario, en la edad adulta puede ser incapaz de hacer autocrítica. Una autoestima saludable no consiste en creerse el mejor, si no en aceptar las características propias, tener un auto concepto saludable y ser capaz de realizar autocrítica, aprendiendo de los errores y sintiéndose valioso en todo momento. Si no fomentamos una sana autoestima, el niño puede desarrollar lo que yo llamo una tenia emocional, a la que también dediqué otro artículo de mi blog (La Tenia Emocional – VitaMorfosisPsicología (vitamorfosispsicologia.es)
  • Validar sus emociones: Validar las emociones del niño es fundamental. Si el niño llora, es probable que se haya hecho daño o esté sufriendo por algún motivo, y tenemos que valorar la importancia que para él tiene, sin invalidar sus sentimientos. En estos casos, debemos evitar decirle: ¡No pasa nada!, pues sí que está pasando algo que le hace sentir mal. Lo que debemos hacer es darle la importancia que tiene y ayudarle a regular la emoción. 
  • No sobreproteger ni desproteger al niñ@: Como padres debemos ser conscientes que a medida que los niños crecen necesitan explorar más de forma independiente y disfrutar de una mayor autonomía, sin que esto signifique que no necesiten más de nuestra ayuda. Por ello, debemos concederles autonomía de una forma gradual, proporcionándoles apoyo y seguridad cuando necesiten nuestra ayuda.

Como hemos expuesto a lo largo del artículo, la autoestima es la valoración positiva o negativa que hacemos de nosotros mismos, basándonos en las experiencias, sentimientos y pensamientos que hemos tenido a lo largo de nuestras vidas. Por ello, es importante estar atentos a las señales que emiten los niños y trabajar en el estilo de crianza y en su entorno, para que su autoestima se desarrolle de forma saludable.

Como hemos visto, la autoestima se puede trabajar desde casa a través del apego, si bien es cierto que en casos más graves es necesario intervenir desde la psicología infantojuvenil para poder fortalecer la autoestima e instaurar pautas para el desarrollo de la armonía familiar.

 

Gema Chaparro

Psicóloga sanitaria, terapeuta EMDR y Directora de Vitamorfosis Psicología

 

Bibliografía

Vargas Rubilar, J. A., & Oros, L. B. (2011). Parentalidad y autoestima de los hijos: una revisión sobre la importancia del fortalecimiento familiar para el desarrollo infantil positivo.

 

García Vélez, I. M. (2016). Aplicación interactiva para padres sobre la baja autoestima infantil.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Delgado, A. O., & Oliva Delgado, A. (2004). Estado actual de la teoría del apego. Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente4(1), 65-81.

Marrone, M., Diamond, N., & Juri, L. (2001). La teoría del apego: un enfoque actual. Madrid: Psimática.