Si en el primer artículo dedicado a la violencia de género hablaba sobre el concepto, definición, tipos y señales de violencia, quiero dedicar este segundo artículo a desmontar diversos mitos asociados a la violencia de género contra la pareja que, hoy en día, siguen estando vigentes. Un primer paso que debemos dar para poder combatir este problema mundial es conocer la realidad de ello en vez de supuestos y falacias. A continuación, expondré algunos de los mitos más frecuentes sobre la violencia de género contra la pareja y cuyo abordaje considero sumamente importante:

 

  1. «Los malos tratos solamente ocurren en parejas de nivel socio-cultural bajo»

Esta creencia es falsa. La violencia de género no entiende de grupos sociales, étnicos ni culturales, es un fenómeno universal que ocurre en países de todo el mundo, independientemente de la situación económica, nivel de desarrollo o régimen político. La causa es el machismo y el factor de riesgo, el mero hecho de ser mujer. 

 

  1. » Los maltratadores son enfermos mentales»

De nuevo, nos encontramos ante un mito muy extendido pero que no por ello deja de ser falso. El Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud afirma que “la proporción de las agresiones por parte de la pareja vinculadas con trastornos psicopatológicos es relativamente baja”. Los maltratadores son responsables y conscientes de sus actos en todo momento. 

 

  1. » La culpa de que los maltratadores agredan a sus parejas es por el alcohol y otras drogas»

El alcohol y otras drogas pueden incrementar la violencia y las conductas de impulsividad del agresor, pero NO es la causa de que maltraten a sus parejas. Más de la mitad de los maltratadores no beben ni consumen otras drogas y, la mayoría de hombres que beben y consumen, no agreden ni a los demás ni mucho menos a sus parejas.

 

  1. » Las mujeres víctimas de malos tratos aguantan porque quieren y les quieren»

La gran mayoría de mujeres víctimas de violencia de género aguantan, en un principio, por la esperanza y las falsas promesas de cambio por parte de los agresores. A medida que se va produciendo la escalada de violencia, existen diversos factores que provocan la imposibilidad de romper con la relación como el miedo, la falta de recursos y ayuda, la vergüenza, la situación de vulnerabilidad debido al aislamiento socioeconómico y/o familiar por parte del victimario, la historia vital de la propia víctima e incluso la normalización de la violencia en la relación.

 

  1. » Los maltratadores son celosos porque aman a sus parejas»

Esta creencia muy arraigada en nuestra cultura es totalmente falsa. Los celos no significan amor. Los celos son una de las estrategias que los maltratadores utilizan para controlar y así aislar y anular a su pareja, formando parte de lo que se conoce como violencia o maltrato psicológico.

 

  1. «El maltrato es solo un comportamiento aislado»

De nuevo nos encontramos ante un mito ya que las agresiones no solo son consecuencia de una explosión de ira incontrolable, sino que principalmente son actos que buscan descargar la tensión, recuperar el poder y sentirse poderosos dominando a la víctima, por ello la violencia es un hecho repetido y continuado en el tiempo. 

 

  1. » El maltratador ha tenido una infancia difícil, por eso maltrata»

Existen diversas teorías que buscan explicar las causas de violencia de género dentro de la pareja, siendo este factor solo uno de los posibles condicionantes de la violencia por parte del agresor. De hecho, El Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud señala que, aunque puedan darse estos antecedentes, no todos los niños que presencian malos tratos o son objeto de ellos se convierten en adultos que maltratan a sus parejas. Otras causas que se tienen en cuenta son el tipo de apego, la historia de vida y por supuesto el machismo derivado de la educación recibida.

 

  1. » El maltrato puede acabar por sí solo»

El maltrato nunca acaba por sí solo, es más, la violencia siempre va en aumento, de menos a más y nunca al revés, hecho conocido como escalada de violencia. Incluso, en la mayoría de ocasiones en que la mujer es capaz de romper las cadenas tantas veces invisibles de la violencia y logra terminar la relación con el agresor, éste sigue ejerciendo la violencia contra ella en forma de acoso y persecución a la mujer, pudiendo llegar al último y más extremo escalón de violencia, que es arrebatarle la vida a ella e incluso a sus hijos.

 

  1. «Si no me pega no me maltrata»

Esta afirmación es falsa. Como he explicado en el artículo anterior, hay diversos tipos de malos tratos, siendo la violencia física uno de ellos. De hecho, hay agresores que no ejercen la violencia física, limitándose a la psicológica y/o sexual. Por poner un ejemplo de violencia sutil o no explicita es que la víctima se sienta obligada a mantener relaciones sexuales no deseadas con el agresor. Una táctica habitual en los agresores es hacer creer a la víctima que está en deuda con ellos para conseguir el control y forzar a la víctima a realizar prácticas y acciones no deseadas, tanto sexuales como de cualquier otro tipo.

 

Como conclusión, simplemente añadir que este fenómeno universal nos atañe y afecta a tod@s siendo por tanto un deber de tod@s combatir y ayudar a la extinción de este tipo de violencia.

 

Gema Chaparro

Psicóloga sanitaria, Terapeuta EMDR y Directora de Vitamorfosis Psicología.

 

BIBLIOGRAFÍA

Bosch-Fiol, E., & Ferrer-Pérez, V. A. (2012). Nuevo mapa de los mitos sobre la violencia de género en el siglo XXI. Psicothema24(4), 548-554.

Chaparro-Morillo, G. (2019). Consecuencias en la sexualidad de mujeres víctimas de violencia de género en la pareja. Revista Sexpol nº 134.

Chaparro-Morillo, G. (2019). Violencia de género en la pareja (TFM). Máster en terapia sexual y de pareja. Fundación Sexpol.